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Un cambio en la política uruguaya: El retorno del Frente Amplio

Imagen: Nuestro Sur

Alfonso Bermejo.
Economía. Magister en Cooperación Internacional. Magister en Desarrollo. Diploma de Estudios Avanzados en Economía y Relaciones Internacionales.
Evaluador de proyectos de cooperación al desarrollo y política pública.

El pasado 25 de noviembre, en el balotaje presidencial, Uruguay vivió un momento histórico con la victoria de Yamandú Orsi y Carolina Cosse, del Frente Amplio. La dupla obtuvo el 49,84% de los votos frente al 45,87% de la Coalición Republicana, marcando el regreso de la izquierda al poder tras cinco años en la oposición. Este triunfo no solo devuelve la presidencia al Frente Amplio, sino que también garantiza la gobernabilidad al contar con la mayoría en el Senado, clave para implementar la agenda progresista.

El Frente Amplio consolidó su victoria en los departamentos de Montevideo, Canelones, San José, Paysandú y Salto. Un factor determinante fue el apoyo de los votantes jóvenes: en la primera vuelta, el 51,1% de los menores de 34 años eligieron al Frente Amplio, y en el balotaje este porcentaje subió al 53,9%, frente al 41% de la Coalición Republicana, marcando una diferencia de 12,9 puntos porcentuales. Entre los votantes de 35 a 49 años, también obtuvieron ventaja con 7,7 puntos porcentuales. Sin embargo, la tendencia se invierte entre los mayores de 50 años, donde el respaldo a la derecha se consolidó. Este apoyo juvenil refuerza el vínculo del Frente Amplio con las nuevas generaciones, que ven en sus propuestas una respuesta a las problemáticas actuales del país.

Un camino de reconstrucción

La victoria del Frente Amplio no fue casualidad. Desde diciembre de 2021, cuando Fernando Pereira asumió la presidencia del partido tras un periodo de incertidumbre post elecciones 2019, se trazó un camino de recuperación enfocado en reconectar con el interior del país, donde el desempeño del Frente Amplio había sido adverso. Pereira impulsó el programa El FA te escucha, una iniciativa que llevó a referentes del partido a recorrer el territorio nacional, realizando 1.415 reuniones con asambleas de barrio, clubes deportivos, entidades religiosas, sindicatos y otras organizaciones sociales. Este contacto directo permitió ajustar el programa a las necesidades locales, fortaleciendo la presencia del Frente Amplio en todo Uruguay.

En su discurso de victoria, Yamandú Orsi subrayó su compromiso de gobernar para todos los uruguayos, incluyendo a quienes no lo votaron. Recalcó la necesidad de escuchar a todas las voces en un momento en que el país enfrenta retos sociales y económicos significativos.

Factores del descontento social

El deterioro de las condiciones económicas y sociales fue un elemento clave para el resultado de las elecciones. La pobreza infantil en menores de seis años aumentó del 17% en 2019 al 20,1% en 2023, reflejando el impacto negativo de las políticas sociales aplicadas por la Coalición Republicana, incluso tras la recuperación parcial post-pandemia.

Otro indicador alarmante es el incremento de personas en situación de calle, que casi se duplicó en los últimos cuatro años. En 2019, se registraban 1.393 personas en esta condición, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 2.755, un aumento del 97,77%. Además, aunque el ingreso promedio de las familias uruguayas mejoró, los beneficios no fueron equitativos. Entre 2019 y 2024, el primer decil de ingresos sufrió una caída anual promedio del 1%, mientras que el decil más rico incrementó sus ingresos en un 1,9%. Esta desigualdad creciente se refleja en el índice de Gini, que pasó de 0,383 en 2019 a 0,394 en 2023.

Fracturas en la Coalición Republicana

Las divisiones internas también minaron a la coalición multicolor. La decisión del candidato nacionalista Álvaro Delgado de incorporar a Valeria Ripoll, exsindicalista y antigua militante del Partido Comunista, generó rechazo entre sectores de la militancia blanca, que interpretaron esto como un alejamiento de los principios del Partido Nacional. Asimismo, agrupaciones vinculadas al batllismo tradicional del Partido Colorado decidieron no apoyar la candidatura de Delgado debido a su cercanía con figuras asociadas a recientes escándalos de corrupción.

Estos factores contribuyeron a una significativa pérdida de votos entre octubre y noviembre: 60.754 sufragios, de los cuales el 97% provinieron del interior, afectando incluso bastiones tradicionales como Rivera, Artigas y Cerro Largo.

Escándalos de corrupción y desgaste institucional

Uruguay, históricamente conocido por su bajo índice de corrupción, vivió una serie de escándalos que erosionaron la confianza pública en el gobierno saliente. Entre los casos más notorios, destaca el otorgamiento de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, que le permitió escapar de los Emiratos Árabes Unidos y eludir la justicia internacional. Este episodio evidenció fallas graves en los controles gubernamentales.

Otro caso alarmante fue el espionaje a líderes frenteamplistas como Mario Bergara y Charles Carrera, orquestado por Alejandro Astesiano, exjefe de custodia presidencial. Este espionaje buscaba frenar investigaciones sobre el acuerdo con Katoen Natie, relacionado con la privatización del puerto de Montevideo. Además, la exfiscal Gabriela Fossati fue señalada por proteger al presidente Lacalle Pou al no profundizar en posibles vínculos con estos actos de corrupción.

El senador Gustavo Penadés, del Partido Nacional, enfrentó acusaciones de pederastia. A pesar de la gravedad de las denuncias, Lacalle Pou insistió en otorgarle su confianza, generando críticas incluso dentro de su partido. Además, la policía fue acusada de encubrir al senador, manipulando pruebas y obteniendo información sobre las víctimas.

El gobierno también se vio afectado por la renuncia de Carlos Albisu, referente del Partido Nacional, a la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Albisu dejó el cargo tras revelarse contrataciones irregulares de militantes partidarios financiadas con partidas extraordinarias.

Los desafíos del Frente Amplio

Para concluir…

El regreso del Frente Amplio al poder trae consigo enormes retos. Reducir la pobreza y la desigualdad será prioritario, pero también lo será recuperar la confianza institucional dañada por los escándalos recientes. Uno de los temas más controversiales que el nuevo gobierno deberá abordar es la reforma de la seguridad social. La consulta popular promovida por el PIT-CNT y sectores del Frente Amplio como el Partido Comunista no obtuvo el apoyo suficiente para ir a las urnas, pero dejó en evidencia tensiones internas entre quienes apoyaron el plebiscito y quienes abogaron por una solución a través del diálogo político. La reforma de las AFAPs será central en este debate, junto con el desafío de garantizar un sistema sostenible que responda a las expectativas de la ciudadanía.

Yamandú Orsi, en un discurso posterior a la primera vuelta, afirmó: “Somos conscientes de que representamos el cambio seguro en Uruguay (…) No es el cambio por el cambio. Supimos cumplir y vamos a saber cumplir”. Ahora, esa promesa se convierte en una exigencia concreta para un Frente Amplio que regresa al poder con la misión de ofrecer soluciones tangibles y recuperar la confianza de todos los uruguayos.